La delincuencia tiene cara
En mi viaje al cono norte día domingo de verano con toda el calor compro un marciano de maracuyá y me tomo un carro que me lleve de Carabayllo a Ancón, era una zona alejada para mí, la línea no me acuerdo pero yo tan distraído me pongo en la puerta refrescándome con el marciano, mientras que una señorita se dispone a bajar por los toboganes de puente piedra instantes en que se le cae unas monedas por mi posición, yo al percatar de esto, le indico a ella donde están las monedas y ella sigue buscando haciendo caso omiso a mis indicaciones, en eso me volteo y me doy cuenta que un amigo de lo ajeno está acercando su mano a mi bolsillo con una bolsa deportiva tapando rochozamente su mano queriéndome robar mi billetera y Nextel, en ese instante me di cuenta que era una jugada de las monedas. Rápidamente me desplazo al medio del carro y digo en voz alta: “Ese truco lo conozco” en cuya reacción estos tipos se quedaron quietos sin voltear a ningún lado en ese instante boto el marciano y me disp